El término "prêt-a-porter" , que viene a significar "listo para llevar". Designa las primeras colecciones en serie de los grandes diseñadores y que se ha impuesto en el mundo de la moda
A Gaby Aghion, fundadora de la firma Chloé, le debemos el término. De origen egipcio, se instaló en París en 1945, abriendo el taller en 1952.
Los talleres franceses de la época trabajaban en la Alta Costura, con diseños hechos a mano y a medida que constituían un lujo que muy pocos se podían costear. A ella se le ocurrió crear una línea de calidad pero adecuada al mercado, que presentó por primera vez en 1956 en el mítico Café de Flore de París.
Tomó este nombre de su amiga, es un apelativo común, que suena bien y que remite a la mitología. La fundadora lo prefirió al suyo propio porque no sonaba tan francés.
En 2012, con 92 años, Gaby Aghion recibió la medalla de la Legión de Honor y su nombre, va a quedar ligado a la historia de una marca que revolucionó la moda en las décadas centrales del siglo XX.
Hace poco la firma cumplió seis décadas, en las que la casa ha cambiado de diseñador, de dueño (actualmente pertenece al grupo Richemont) y de estrategia comercial pero, sin embargo, conserva la misma actitud que le imprimió aquella inmigrante egipcia que no comulgaba con el estilo imperante durante los años de la posguerra.
Cansada de ver que el arquetipo femenino de la época tenía rasgos de una señora enfundada en complejos vestidos decidió, como hiciera Chanel en su momento, diseñar prendas fluidas y funcionales. Utilizaba materiales lujosos como la seda, importaba tejidos de su país natal y creaba vestidos inspirados en aquellos que lucían las flappers durante los años veinte. Así nació la idea de que la comodidad también puede ser un lujo.
En 1956, Aghion decide enseñar sus primeros vestidos en el Café de Flore, el mítico punto de encuentro de la intelectualidad de la época, y organiza un desfile a la hora del desayuno. A aquella presentación le seguirían otras realizadas en galerías de arte o espacios consagrados a la literatura. La diseñadora sabía muy bien que su clienta potencial no era la señora conservadora, sino la joven inquieta que frecuentaba círculos intelectuales, por eso ligó su marca a los lugares sinbólicos de la orilla izquierda del Sena, como luego hicieron Yves Saint Laurent y todos los diseñadores que, durante los años 60, ansiaban un cambio de paradigma en la moda. Hoy es frecuente que la semana de la moda parisina tome museos, instituciones o edificios emblemáticos de la ciudad para llevar a cabo sus desfiles y esa práctica, en parte, se la debemos a Aghion.
En los 50, Aghion no tuvo reparos en experimentar con el Art Decó y los motivos de la Bauhaus, lo que hizo que sus prendas fueran identificadas al instante. En el 2000, MacCarney y Philo retomaron esta misma idea e hicieron que sus vestidos estampados fueran un elemento gráfico reconocible de la marca.
En 1966, Karl Lagerfeld se convirtió en el director creativo de la marca conviertiendola en la indispensable de clientas como Jackie Kennedy, Brigitte Bardot o Grace Kelly. Cuando Lagerfeld se fue a Chanel, Stella McCartney tomó las riendas de la casa desde 1997 hasta 2001 cuando fue sucedida por Phoebe Philo, ahora a cargo de Céline.
El éxito de esta nueva dirección no se hizo esperar. Ella consiguió poner de moda un color, el verde, considerado poco combinable y favorecedor, y defendió un estilo, el romántico, siempre tratado desde una óptica mediterránea.
La colección para el otoño invierno de Chloé convirtió a Philo en toda una estrella de la moda, pero en ese mismo año decide abandonar el mundo de la moda para dedicarse por completo al cuidado de su hija.
Tras la marcha de Phoebe Philo la casa contrató al diseñador Paulo Melim Andersson pero no duró mucho, quizás por alejarse demasiado de las bases de Chloé.
Melim es sustituido, imitando el modelo McCartney-Philo que tan buenos resultados había aportado, por otra miembro del equipo de la era Phoebe, Hannah MacGibbon, la cual abandonará el proyecto poco despúes.
Será reemplazada por Clare Waight Keller, responsable de la transformación en etiqueta de lujo de la marca Pringle of Scotland, dispuesta a revisitar los archivos de la casa de moda y a devolver a sus inicios el espíritu relajado, bohemio y chic de los sesenta.
Fuentes:
http://erasolosesso.blogspot.com.es/2011/05/la-nueva-disenadora-de-chloe.html
http://modaenlahistoria.blogspot.com.es/2011/02/historia-de-la-moda-pret-porter.html+
http://www.marie-claire.es/moda/disenadores/articulo/la-historia-de-chloe
http://smoda.elpais.com/articulos/las-seis-claves-que-chloe-le-debe-a-su-fundadora/4205
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